De todas las actividades que comprende el bricolaje la carpintería es la más popular y la más antigua, y una de las más viejas profesiones es la del carpintero. En la época en que las tres cuartas partes del mundo estaban repletas de bosques, todos los hombres eran, más o menos, carpinteros.
El carpintero profesional y su evolución
Este pasado lejano explica sin duda que la madera nos parezca el más natural de los materiales, y que el trabajo de carpintero de la madera sea el más familiar de los trabajos manuales, aun cuando no hayamos comprobado nunca nuestra habilidad con martillo o cepillo en la mano. Pero debemos desconfiar de esta facilidad aparente. Porque, precisamente a causa de su antigua tradición (Noé le debe la vida), la carpintería utiliza unos útiles increíblemente variados, unas técnicas muy precisas y se expresa con un vocabulario particular.
Con el tiempo se iba mejorando y perfeccionando las herramientas desde las más comunes como martillos y cepillos hasta los taladros y maquinas especializadas. Somos testigos del progreso técnico de las herramientas manuales a herramientas eléctricas. Lo que posibilita el trabajo del carpintero y lo hace más exacto a la hora de las terminaciones de sus proyectos.
El progreso de la técnica, en este campo, ha influido especialmente en los materiales. Actualmente se preparan y venden en piezas, a punto para su utilización, ya se trate de madera para armazones, planchas, molduras o pies. Además, se fabrican paneles para aplicaciones especiales, cuyo empleo es relativamente fácil: contrachapados para chapeados, paneles de aglomerado para aislamiento térmico, paneles extorsionados o estratificados para muebles ligeros, paneles asfaltados para revestimientos de suelos, paneles barnizados para cocinas o cuartos de baño etc.
Para trabajar con eficacia es indispensable conocer estas nuevas posibilidades. Más que nada es necesario comprender las técnicas de manejo de la madera y como utilizar las herramientas correctas para cada una de ellas.
La diversidad de herramientas le obligará, mientras se esté equipando, a una rigurosa selección. No se preocupe: usted debe poseer las herramientas necesarias, pero quizá no lo consiga hasta transcurridos unos largos meses de trabajo. Un consejo: no empiece nunca un trabajo sin un plano detallado, dibujado a una escala lo mayor posible.
Eso les ahorra desperdicio del material y un disgusto con los clientes incluso como bricoman con su propia familia si hace algo en su hogar. Poco a poco va ampliando su taller de herramientas y va cogiendo práctica como un carpintero profesional. Hay que tener paciencia y con el tiempo y practica llegará el momento. Mucha suerte.